Alojamiento en Pastrana
Alojamiento en Pastrana
11 abril, 2018
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Historia de Pastrana

Historia de Pastrana

Historia de Pastrana

Pastrana se funda en el siglo XIII bajo la dominación de la Orden Religiosa Militar de Calatrava, probablemente como aldea de repoblación tras la expulsión definitiva de los árabes. En 1369, se le concede él titulo de Villa. En este mismo período, se construyen su muralla y su iglesia primitiva.

El Rey Carlos I, consigue de los Papas Clemente VII y Paulo III, las bulas necesarias para enajenar bienes de las Ordenes Religiosas Militares y, usando de esta facultad, vende, en 1541, la Villa de Pastrana con los lugares de Escopete y Sayatón a Doña Ana de la Cerda, condesa de Mélito y viuda de Don Diego Hurtado de Mendoza. Es esta primera Señora de Pastrana la que comienza la construcción del conocido Palacio Ducal. Muerta Doña Ana, pasa el señorío a sus hijos D. Gaspar Gastón y D. Baltasar Gastón, los cuales venden estas propiedades en 1569 a los Príncipes de Éboli, Ruy Gómez de Silva, consejero, valido y amigo personal de Felipe II y la célebre Doña Ana de Mendoza y de la Cerda. Posteriormente estos obtienen del Rey el título de Duques de Pastrana.

Con los primeros Duques, llega para Pastrana su época de gran esplendor, ya que éstos realizan grandes obras en la Villa. En 1569, mandan llamar a Santa Teresa de Jesús con el fin de fundar un convento de Carmelitas Descalzas, creando el de San José para mujeres y el de San Pedro (hoy del Carmen) para hombres.

En 1570, traen un numeroso grupo de moriscos expulsado de las Alpujarras de Granada para trabajar la seda y levantar una de las fábricas de tapicería más prestigiosas de España durante los Siglos XVI y XVII. Más tarde, los Duques completan su obra ascendiendo la iglesia parroquial a Colegiata, dotándola de un Cabildo de 48 Canónigos, que superaba en número a todas las Catedrales de España, excepto a la Catedral Primada de Toledo.

Muerto Ruy Gómez, en 1573, la Princesa de Éboli ingresa en el Convento de San José, incumpliendo reiteradamente la regla Carmelitana. Poco después, Felipe II le ordena que abandone el convento para ocuparse de su patrimonio y de su familia. En 1576, regresa a Madrid, como una de las damas más acaudaladas y respetadas de la Corte.

Allí inicia una vida inquieta, y por sus intrigas en la Corte con Antonio Pérez, Secretario de Felipe II, es detenida en 1579.Es encerrada en la torre de Pinto, a los pocos meses en el castillo de Santorcaz, donde se reunirá con sus hijos y finalmente es traída a su propio palacio en Pastrana, de donde no saldría hasta su muerte en 1592. Sus restos se conservan actualmente en la Cripta de la Iglesia-Colegiata de esta Villa Ducal. Más tarde se suceden los Duques y, al trasladar éstos su residencia a Madrid, en el siglo XVIII, Pastrana inicia su vida rural. En la actualidad, Pastrana sigue conservando gran parte de su trazado medieval y la riqueza artística que atesoró durante el siglo de Oro.

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